Reseña 9
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- 3 Min. de lectura
Racismo en películas infantiles: ¿Puede Disney reparar el daño?
17 marzo 2021
por Corinna Acosta
Palabras clave:
Disney, Diversidad de género, Racismo, RSE, inclusión
Los adultos de hoy recuerdan haber visto películas de Disney como Peter Pan (1953), Dumbo (1941) o El libro de la selva (1967). Décadas después de sus estrenos, estos filmes de animación continúan siendo populares entre niños y adultos. Sin embargo, últimamente estas cintas se han encontrado en el ojo del huracán, y quizá es momento de hablar racismo en películas infantiles.
En los últimos años, en Estados Unidos y Europa se han hecho fuertes llamamientos para que estas películas del pasado rindan cuentas por contener estereotipos racistas y material culturalmente insensible, y para que las historias se cuenten de forma diferente en el futuro.
Peter Pan, Dumbo, La dama y el vagabundo, Los aristogatos y El libro de la selva, entre otras, incluyen ahora un texto de 12 segundos durante los créditos iniciales que dice: “Este programa incluye representaciones negativas y/o maltrato de personas o culturas. Estos estereotipos eran erróneos entonces y lo son ahora”.
Hoy la compañía fue un paso más allá, eliminando las películas de los perfiles infantiles en su sitio de streaming Disney+.
Entre los ejemplos de contenidos que se han retirado, según la información disponible en el sitio web de Disney+, se encuentran las representaciones estereotipadas de los nativos en Peter Pan, que “no reflejan ni la diversidad de los pueblos nativos ni sus auténticas tradiciones culturales”, según las propias palabras de Disney, y utilizan términos racistas para describirlos
Otro ejemplo en Dumbo son “los cuervos y un número musical que rinde homenaje a los espectáculos de juglares racistas, en los que artistas blancos con rostros ennegrecidos y ropas andrajosas imitaban y ridiculizaban a los africanos esclavizados en las plantaciones del sur”. El líder de los cuervos incluso se llama Jim Crow, que es el nombre de las leyes que imponían la segregación racial en Estados Unidos.
Fürst, que trabaja como investigador asociado en el Instituto de Educación e Innovación Social de Bonn, critica esta medida:
Lo que me parece difícil es no permitir que los niños entiendan que algunas cosas están mal. No proyectar películas, dice, no es la solución. Creo que no es bueno que se sigan bloqueando obras, sino que se aborden conscientemente los puntos problemáticos; que se hable del hecho de que fue un signo de su tiempo y que ya entonces estaba mal.
Pocahontas (1995) como ejemplo positivo
Fürst, que dirige talleres en universidades europeas sobre “concienciación sobre el racismo”, considera que la nota en los créditos iniciales de las películas de Disney es un primer paso positivo, sobre todo porque alerta a los padres sobre contenidos problemáticos que pueden tener que discutir con sus hijos. Pero hay que dar más pasos, dice Fürst. Disney podría crear más contenidos para abordar cuestiones difíciles, por ejemplo, películas en las que se discuta el contenido inapropiado de sus animaciones clásicas, que luego podrían poner a disposición en su plataforma.
Estas películas podrían centrarse en elementos problemáticos del vestuario y los guiones, y lo que es más importante, podrían iniciar un debate sobre las cuestiones morales que plantea una serie o una película.
A diferencia de El libro de la selva y Peter Pan, películas como Moana y Raya y el último dragón marcan una nueva dirección para las películas infantiles. Según Eva Fürst, esto también sugiere que la sociedad ha madurado: “Si uno valora una película infantil de forma diferente como adulto, eso significa sobre todo una cosa: se ha vuelto más maduro”.

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